David Bowie: se publicó un álbum oculto luego de 20 años
Para celebrar lo que hubiese sido su cumpleaños número 75, apareció el disco Toy junto a sus versiones alternativas.
Por Emiliano Attadia
En el marco de su partida de este mundo hace seis años, David Robert Jones, mejor conocido como David Bowie, volvió por un momento al hogar de los mortales y nos dejó Toy, su álbum inédito grabado en el 2000.
Pero hay que remontarse a 1999 para entender este fenómeno musical pandémico. El cantante londinense estaba promocionando lo que iba a ser su nuevo disco Hours, el regreso al camino del pop y rock clásico y un freno transitorio al rock industrial y a la electrónica que lo acompañó en Earthling (1997), su álbum anterior.
Con el objetivo de darle impulso en la sociedad, Bowie se presentó el 23 de agosto en Storytellers, el ciclo musical que realizaba el canal de televisión VH1 con público en vivo (muy parecido a lo que hacía MTV con los Unplugged). En dicha presentación mezcló temas de este nuevo LP junto a clásicos como “Life on Mars?” o “Rebel Rebel”. Luego realizó una aparición efímera en Saturday Night Live donde cantó dos canciones y una breve gira de octubre a diciembre por Estados Unidos y Europa.
Después vino su recordada presentación del 25 de junio del 2000 en el Festival de Glastonbury, que lo recibió después de 30 años, donde cantó 21 temas. Pero a “Starman” le quedó resonando una idea, y una canción, en la cabeza de aquella presentación de agosto. Aparecía después de mucho tiempo en su setlist: “Can't Help Thinking About Me”, un tema de 1966 que no había sido incorporado a ningún disco.
Por este motivo, David diagramó junto al productor Mark Plati lo que sería una grabación de viejas canciones para un nuevo álbum y convocó a la bajista Gail Ann Dorsey, al guitarrista Earl Slick, al baterista Sterling Campbell, al pianista Mike Garson y las vocalistas Holly Palmer y Emm Gryner, lo que derivó en casi cuatro meses de trabajo. Sin embargo, no fue lanzado en su momento debido a la negativa de la discográfica (en ese momento EMI/Virgin).
El compositor no se detuvo y se puso a trabajar en su siguiente disco Heathen, que se publicó en el 2002; un comportamiento que no era raro en él, ya que a lo largo de su carrera fue una máquina de absorber distintos géneros musicales y hacer del arte un oficio, totalizando 26 álbumes en vida. Esta proliferación artística también la podemos ver en el cine con películas como “The Man Who Fell to Earth” (1976), “Labyrinth” (1986), u otras grandes apariciones en “Zoolander” (2001), o en “The Prestige” (2006).
La continuidad musical siguió con las grabaciones de Reality, 2003 (que tuvo la gira más larga de su carrera con 110 shows y la cancelación abrupta en junio del 2014, luego de que David Bowie tenga un ataque al corazón), The Next Day, 2013, y Blackstar, publicándose el 8 de enero de 2016, dos días antes de su fallecimiento, lo que sería un mensaje de despedida anticipado.
Previo a esta última entrega, el músico inglés pudo cumplir el deseo personal de estar al frente de una obra musical llamada “Lazarus” (que también fue un tema que incorporó en el último LP), basada en el film, y la novela de ciencia ficción homónima de Walter Stone Tevis, que había protagonizado él mismo en 1976. Para esta ocasión contó con la actuación de Michael Carlyle Hall (protagonista de las series “Dexter” y “Six Feet Under”) y la dirección del belga Ivo van Hove.
A partir de acá es cuando surge la maravilla del destino y una resurrección (musical en este caso) inesperada, porque si vamos al significado bíblico de “Lazarus”, corresponde a la historia de una persona que regresa de la muerte. Puede llegar a ser diferente al significado de la canción, ya que la letra estaba más ligada a la liberación física (Bowie ya estaba padeciendo las consecuencias del cáncer de hígado que atravesaba), pero sirve de anclaje para retomar ese disco archivado a principios de siglo.
Aunque no fue sino gracias a la familia del fallecido artista que decidieron poner a disposición de los fanáticos, el 26 de noviembre del 2021, la música inédita a través de la edición de lujo Brilliant Adventure (1992-2001). Una colección especial que contiene todos los temas que salieron esos años de David y tiene una primera apreciación de Toy, esas canciones archivadas en el 2000.
Este box set está compuesto, además de la remasterización de Black Tie White Noise (1993), The Buddha of Suburbia (2014), Outside (1995), Earthling, Hours y Toy, por la presentación en BBC Radio Theatre el 27 de junio del 2000, y Re:Call 5, una recopilación de 39 temas inéditos. Pero no suena rara la aparición de tanto material si tenemos en cuenta que desde ese fatídico 2016 se publicaron varias versiones en vivo, como la presentación en Glastonbury, y otras recopilaciones.
Porque una cosa es la decisión del músico en vida y otra es la que toman los familiares al continuar su legado. De hecho, la revista Variety confirmó recientemente que los sucesores decidieron vender la discografía del cantautor a Warner Chappell Music en una suma cercana a los 250 millones de dólares.
Y entre todo ese legado se encuentra el ya nombrado Toy, que se publicó el pasado 7 de enero, y más allá de que ya estaba incluido en la publicación de noviembre pasado, esta edición viene con dos álbumes adicionales no incorporados anteriormente, en un viaje musical de 2 horas y media de duración.
En una reciente entrevista para Rock Cellar Magazine, el productor de David Bowie, Mark Plati, comentaba lo siguiente: “Las sesiones con él siempre eran divertidas y graciosas. Pero en Toy, estaba feliz. Quiero decir, ¿cómo no podría serlo después de Glastonbury? Fue un gran triunfo. Y él también volvería a ser papá. Entonces, estaba en un gran momento”.
La magia de quienes trabajaron con el artista se ve en canciones tales como “I Dig Everything”, que sirve de antesala pop, con un coro de voces femeninas que conjugaba muy bien con Bowie; y “You've Got A Habit of Leaving”, que grabó en 1965 (cuando todavía era David Robert Jones), con una influencia muy marcada en la banda inglesa The Who y ya había sido incorporada en una versión especial de Heathen.
También podemos encontrar algo más pausado como “The London Boys”, asociado al pop barroco; la alegría que puede generar un tema tan arriba como “Karma Man”; y la entrada de batería un tanto blusera de “Conversation Piece”, una canción que pudo haber estado en Blackstar.
En este mix de etapas del cantante se encuentra “Shadow Man”, que fue creada en 1971 cuando estaba grabando The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (un disco que este 2022 va a cumplir 50 años y lo ayudó a ser la cara visible del glam rock); o esa hermosa base de bajo que suena en “Hole In The Ground”. Esta primera parte del álbum tiene un gran cierre con el tema “Toy (Your Turn To Drive)”, que se encontraba en la recopilación Nothing Has Changed (2014).
El primero de los discos adicionales se conforma de mezclas y alternativas de las canciones del álbum original, además de incluir el blues “Liza Jane” (que también es su primer sencillo grabado en 1964), e “In The Heat Of The Morning”. Como si fuera poco la reutilización de temas, el segundo de los discos contempla versiones con una base de guitarra acústica y otros arreglos.
En la tapa del álbum encontramos al creador de Heroes (1997) en versión bebé y no carece de sentido que el disco se llame Toy, agregando un punto más a la cuestión de la reencarnación. El pasado 10 de enero hubiera cumplido 75 años, y físicamente lo despedimos hace ya bastante tiempo, pero el legado continúa, tal como lo expuso en su Twitter la viuda y modelo Zara Mohamed Abdulmajid, conocida como Iman: “Poco a poco dejamos ir lo perdido, pero nunca el amor”.
